domingo, 20 de octubre de 2013

Y los ojos miraban las palabras, éstas recorrían las miradas. Nuestros cuerpos quedaron enlazados en un tornado de deseo, lujuria y extenuación orgásmica.
Cuando desperté, estaba recostada junto al pecho de Unai y mi mano derecha sobre su hombro. (Susana).

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